por Matías Calandrelli
La mala impresión que puede causar una telefonista que nos atiende mal, es tan
grave como la que puede causar un gerente que nos ignora o un mal vendedor.
No permita que un problema personal se refleje en el trato a los clientes.
Tenemos una tendencia a traer al trabajo los problemas personales y de nuestra
casa, y eso influye en la forma en que tratamos a los clientes. La sensación que
debe percibir un cliente (nuestro huésped) es que estamos para servirle, ayudarlo,
asesorarlo, o sea que estamos trabajando con él y no contra él. Está estudiado que
casi el 70% de los clientes que se pierden se debe a...
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martes, 5 de diciembre de 2006
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